La actriz y cantante reflexionó sobre cómo se vive hoy en día en el mundo y la falta de inclusión. “Todos se llenan la boca pero no la practican”, destacó.
Inés Estévez hoy está de nuevo en la pantalla chica como protagonista de El Maestro junto a Julio Chávez, pero cuenta con una larga trayectoria, experiencia y reconocimiento laboral que esta vez dejó de lado. Es que, en La Burbuja con Federico Seeber habló más allá de su trabajo, sino de vida personal en una entrevista más personal y profunda.
Si bien contó que le gusta pactar de ante mano los tiempos laborales, también se relajó y dejó en claro que no es tan estructural en su vida general, sino que “tengo un alma muy bohemia y me gusta el ocio”. “De chica fui muy sagitariana, de seguir la dirección del viento”, reconoció.
Cuando comenzó a hacer su carrera como actriz los tiempos eran otros. Pasaba muchas horas trabajando hasta que entendió que “la prioridad es vivir”, pero se dio cuenta de eso cuando “dejé de actuar y trabajar entre 14 y 17 horas”. En los inicios de su carrera no lo sentía como una carga ya que las energías eran otras. Con el correr de los años, la experiencia y madurez la hizo tener otras prioridades y “no desperdiciar la energía en cosas estériles”.
Analizando la historia del personaje que interpreta en El Maestro donde tiene una relación amorosa con el personaje de Luz Cipriota, en que aún sea un tema que genera ciertos comentarios, la actriz reflexionó que eso se da porque “no hay inclusión en la sociedad, todos se llenan la boca pero no la practican”. Por eso destacó el mensaje que brinda la serie: una relación más como cualquier otra.
Pero también remarcó que no es solo en Argentina la falta de inclusión, sino que también lo es a nivel mundial: “EEUU es uno de los países más caretas del mundo”. También subrayó que es un proceso que lleva tiempo, porque “se trabaja la forma y no se trabaja el fondo”. “Ir al fondo es cambiar cabezas, no agredir. Hoy no hay tolerancia”, resaltó y agregó que “hay una falta de sentido común muy grande en la humanidad”.
Haciendo un punto y aparte de la Inés Estévez persona y actriz, también habló de su nueva pasión: la música. “El sábado 18/11 me presento en el ND con mi banda”, dijo y contó que va a ser un show diferente a lo que viene haciendo ya que “vamos a ser unas 15 o 16 personas en el escenario y lo vamos a grabar”. “Todos los días pienso en qué me metí. Tengo ayuda, pero no productores”, reconoció y agregó que “la calidad musical depende 100% de los músicos”.
El amor por la música llegó gracias a su padre cuando “se juntaba con sus amigos a tocar y me llevaba a mí”. Si bien los padres fueron muy trabajadores, Estévez recuerda que aún así la música los unía en los momentos que podían compartir en familia.
El 2017 para esta actriz no escapa de otros años cargados de tanto trabajo, sólo que “antes no tenía hijas y no llevaba adelante un proyecto que dependía 100% de mí”, de igual modo reflexiona que “hay que disfrutar del proceso, sino no tiene sentido”. “Puedo tener cara de agotada, pero muy contenta”, manifestó y destacó que “soy una persona esencialmente feliz. Hay una diferencia muy grande en ser y estar feliz: la felicidad es una condición, estar contento es un estado”.
Por último, si bien tiene un año cargado de proyectos y trabajo con el que disfruta hacer lo que hace, reconoció que “me gustaría hacer radio”, pero que sin dudas “los instantes que más me gustan son cuando duermo a mis hijas y el momento en el que estoy un rato conmigo”